La valoración funcional en un estudio biomecánico.

     Muchos clientes que acuden a consulta vienen rebotados de otros sitios, algunos han pasado por cinco o seis biomecánicos. Lo que llama la atención en estos casos son los resultados tan diferentes en cuanto a medidas y, mas aún, la falta en el informe de la valoración física y funcional, sobre todo en estos casos donde claramente hay un problema físico o funcional. De ahí que los resultados de los estudios con las diferentes «metodologías» que existen en nuestra geografía fuesen tan negativos. Cuando preguntaba a este tipo de cliente si le habían realizado este tipo de valoración, todos contestaban que no, que a lo máximo les habían tumbado en una camilla y hecho un par de test para descartar dismetrías.

    Como biomecánicos debemos estandarizar nuestro trabajo con protocolos de actuación para poder garantizar una asistencia de calidad.

    No es el mismo trabajo el que realizaremos con un cliente que lleva montando en bicicleta toda la vida, con una sedestación estable y simétrica, simetría en el torque, buena elasticidad y flexibilidad etc,que con una persona que lleva una vida sedentaria con una torsión pélvica, alteraciones posturales, hipertonías e hipotonías musculares, etc.

     En los primeros casos solemos obtener buenos resultados aunque no realicemos el examen físico, es lo que yo llamo un bike fit o un posicionamiento básico.

     En los otros casos el fracaso estará asegurado ya que necesitan «ajustes» especiales en la bicicleta fuera de las metodologías existentes.

     En estos casos la valoración es fundamental para poder encontrar el problema ya que este te dará la solución.

     Si el cliente tiene una lesión lo mejor es derivarlo a un biomecánico clínico o que un fisioterapeuta, médico o podólogo este presente durante el estudio.

     ¿Cual sería un examen básico funcional y físico para un estudio biomecánico?

     En bipedestación

  1. Postura estática: anterior, lateral y posterior.
  2. Tipo pisada y análisis del pie.
  3. Movilidad del raquis y pelvis.
  4. Squat y single leg squat.
  5. Análisis de la marcha.

     En sedestación:

  1. Postura en estático.
  2. Movilidad del raquis y pelvis,
  3. Miembros inferiores.
  4. Pies.

     En decúbito:
  1. Test musculares: fuerza, tono, tensión, etc,
  2. Test articulares: rom, movimientos analíticos, globales, etc.
  3. Pies,examen en descarga.

     Con este protocolo ya tendríamos suficientes datos para luego comprobar encima de la bicicleta si son relevantes. Por ejemplo, podemos encontrar una dismetría en el examen y que no sea necesaria su corrección en bicicleta o un antepie en varo y que no influya en el tracking patelar.

     Un protocolo de este tipo se revela como necesario en los casos de torsiones pélvicas y rotaciones de cadera ya que seremos capaces, primero, de colocar en una posición al ciclista lo más neutro posible y segundo, poder dictaminar los músculos causantes de estos desequilibrios, con lo que un programa de ejercicios para el cliente mejorará su posición en la bicicleta.

    Volvamos al inicio entonces. ¿Se puede realizar un estudio biomecánico sin esta valoración? NO.
Se realizará un posicionamiento del ciclista en la bicicleta,  pero no un estudio biomecánico ya que no se habrán tenido en cuenta las particularidades del cliente.

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