Guia para comprar zapatillas de running y que no te engañen.

     Este post nace después de leer, oír y ver cientos de vídeos, consejos, blogs, etc sobre recomendaciones para la compra de unas zapatillas para correr.

     Lo normal es escuchar que es importante el tipo de pisada (pronación, supinación, neutro), el uso que le vamos a dar (competición, entrenamiento), el peso que tenemos, la distancia que corremos, etc.

     Pues todas estas aseveraciones son falsas.

     Lo primero que debemos preguntarnos a la hora de pensar en comprarnos unas zapatillas para corer es ¿estoy entrenado para correr?.
     Lo segundo sería ¿se correr?.
     Y ya lo tercero sería ¿que zapatillas me compro?

     Para la primera pregunta las respuestas más acertadas serían: si, hago pilates, o tonificación, o ejercicios posturales, o trabajo de core, o cualquier tipo de ejercicio o gimnasia que evite la atrofia y acortamiento muscular de la vida sedentaria.

     Para la segunda todos hemos pensado: pues claro que se correr… y sin embargo habría que preguntarse sobre la cadencia de pasos que es mejor para uno, la posición del tronco, cabeza o brazos, el recobro de los pies, el apoyo en el suelo, la longitud de la zancada, ya que todo esto será determinante para sufrir determinadas lesiones o no.

     Hay que tener en cuenta que para correr hay que realizar primero lo que se expone en las dos primeras respuestas anteriores, ya que la tercera respuesta es la última en importancia, porque puedes correr igual de bien con zapatillas de características diferentes e incluso puedes correr descalzo.

     Sin embargo una mala elección de unas zapatillas puede ser el inicio de un calvario de lesiones y molestias.

     Vamos a enumerar errores que no debemos cometer a la hora de comprar zapatillas.

  1. Tipo de pisada: Importancia 0. No se necesitan zapatillas especiales según el tipo de pisada. Siempre deben ser neutras y si se tiene alguna peculiaridad anatómica o alguna lesión biomecánica debes ir a un profesional para que te realice un estudio biomecánico y si lo considera oportuno te prescribirá unas plantillas.                                                                               
  2. Control de movimiento: Importancia 0. No se necesitan zapatillas con control de movimiento. El pie es una obra de ingeniería con 26 huesos, 33 articulaciones y más de 50 músculos que actúan en él, más las influencias del resto de la pierna y el cuerpo. La zapatilla no debe alterar la biomecánica del pie y de la marcha/carrera.                                                                                                                                 
  3. Drop (diferencia altura de la suela entre el talón y la zona del metatarso): Importante. No se necesita más drop para largas distancias ni para los entrenamientos. Si debes tener en cuenta, si tus zapatos habituales para trabajar, andar etc son de drop elevado, no te vayas a comprar unas zapatillas con drop cero porque aunque hagas la transición correcta probablemente tengas lesiones en el tendón de aquiles o en el triceps sural(seguro que tienes una restricción de movimietno en la flexión dorsal del tobillo). Un drop de 6 mm ya sería bajo para este tipo de runners. Si por el contrario usas a diario zapatos sin drop, andas mucho desclazo y tienes buena flexibilidad (sobre todo en cuanto a la flexión dorsal del tobillo) puedes irte hasta el drop 0.                                                                                                                           
  4. Amortiguación: Importancia 0. Si corres bien y no hay lesiones, tu cuerpo, pierna y pie es capaz de soportar el peso de tu cuerpo ( peses lo que peses ) sin ningún problema, incluso tus articulaciones pueden soportar tu peso multiplicado por 600 como la rodilla, por ejemplo. Piensa que igual de peligroso puede ser no llevar amortiguación (lesiones por impactos repetitivos con mala técnica de carrera) como llevar demasiada (lesiones por falta de estabilidad en pie y tobillo).                                                                                                                                
  5. Amortiguación según uso: Importancia 0. Volvemos al punto anterior, si corres bien no necesitas gran amortiguación. Se puede correr un maratón sin necesitar más amortiguación que las que ofrecen unas zapatillas de las llamadas voladoras. Por no hablar del minimalismo y de los que corren descalzos más rápido que nosotros…

     Así que si estas entrenado para correr, te preocupas por la técnica y realizas ejercicios para ello, y tienes en cuenta no cometer estos errores, cómprate las zapatillas con las que más cómodo te sientas porque serán con las que menos te lesiones.

Estudio de la pisada y Osteopatía.

        Estando con un cliente y después de varias sesiones y algún estudio biomecánico de la pisada, decidí inmiscuirme en el próximo estudio de la pisada ya que el último que le realizaron no sirvió para nada.

        Este cliente tiene una rotación externa de cadera crónica con torsión de pelvis y dolores en el tobillo que corresponde con el de la rotación, el derecho. Estos dolores comenzaron cuando le cambió la pisada.
En un primer estudio de la pisada se aprecia una huella plantar correspondiente a un pie cavo.

Después de un año con unas plantillas comenzaron los problemas, dolores en cadera y pelvis.
Se realizó segundo estudio al intuir que esas plantillas ya no eran efectivas.
Esta es la imagen de la huella plantar en el segundo estudio.

Observando esta imagen,surgen muchas interpretaciones como por ejemplo que el cliente estaba en una posición antálgica y por eso se debería haber repetido el estudio…

Tras varias rectificaciones de las órtesis fabricadas a partir de este estudio y por desesperación del cliente, decidimos no usarlas ni siquiera para el día a día.

Después de unas sesiones, se evidencia mejoría pudiendo salir a trotar hasta 45 min. Hasta que otra vez recaída de la lesión.

Decidimos ir a otro estudio de la pisada, donde hay confianza y unos buenos profesionales pero antes vamos a probar la repercusión de unas simples técnicas articulares en la huella plantar.

Se realiza una manipulación directa sobre la articulación sacroiliaca derecha donde la base del sacro se encuentra en anterioridad. Y aquí el resultado.
 A la izquierda la imagen tomada antes. A la derecha después.

 Esto puede dar pie a preguntarnos si sería necesario realizar un tratamiento postural y articular antes del estudio de la pisada para poder realizar una plantilla más fiable.
Mi opinión es que habría que hacer un trabajo multidisciplinar para conseguir los mejores resultados posibles.
Para corroborar esto comienzo un pequeño estudio que publicaré en unas semanas.
Continuará…

TRIALTLON: TRANSICION DE LA BICICLETA A LA CARRERA

¿Que podemos hacer para mejorar la transición de la bicicleta a la carrera?
¿Cuantos triatletas sufren en este cambio de actividad?
 ¿Eres de los que no le van las piernas cuando quiere correr?
Vamos a ponernos en materia: estamos encima de la bicicleta y nos queda poco para llegar a la transición y por nuestra cabeza comienzan a pasar ideas del tipo podré correr, me irán las piernas bien etc etc.

Lo primero que tenemos que hacer es llevar una postura correcta encima de la bicicleta, evitando sillines demasiado bajos o altos y calas demasiado adelantadas, ya que podemos sobrecargar la rodilla, por la altura del sillín o los gemelos por pedalear de puntillas al llevar la cala demasiado adelantada.

Una vez bien posicionados en la bicicleta, conviene pensar en cómo pedaleamos. En esto no hay unanimidad y cada entrenador, biomecánico y compañero ciclista te va a dar su versión.
La mía particularmente es lo que se llama el pedaleo inercial: empujar hacia abajo el pedal aprovechando la fuerza del aparato extensor del miembro inferior: Glúteos, cuádriceps y gemelos y la fuerza de la gravedad.

La cadencia que podemos llevar depende de muchos factores, desde las horas de entrenamiento que hagamos encima de la bicicleta a el tipo de recorrido etc.
Hay que intentar llevar un mínimo de 70 r.p.m. y un máximo de 110 r.p.m. así no haremos mucha fuerza con las piernas reservando algo para la carrera.Particularmente aconsejo entre 80-90 rpm ya que suele ser una cadencia cómoda de alcanzar y de llevar y nos aseguraremos que no sobrecargamos mucho la musculatura porque estaremos trabajando más a nivel cardiopulmonar.

En media y larga distancia todavía tiene más importancia qué hacemos en los últimos kilómetros.

Lo que vamos a hacer en la bicicleta es preparar al cuerpo y a las piernas para poder estar ágiles para correr.

En la bicicleta nuestro cuerpo trabaja en cadena cinética cerrada, esto significa que al estar sentado en el sillín el cuerpo toma ese punto fijo para poder hacer fuerza hacia al pedal, sin embargo al correr el cuerpo trabaja en cadena cinética abierta, no hay punto fijo sobre el cual hagamos fuerza.

3 ejercicios que podemos hacer para mejorar la transición:

  1. Disminuir la cadencia de pedaleo (sobre todo en media y larga distancia) en el ultimo kilómetro para hacer más fuerza e ir reclutando las fibras musculares del cuádriceps que luego utilizaremos al correr.
  2. Con esta cadencia más baja vamos a pedalear de pie, dos o tres veces de unos 30 sg. para convertir la cadena cinética cerrada en abierta, con lo que iremos preparando a todo el cuerpo para la carrera.
  3. En los metros finales aumentar mucho la cadencia y tirar suavemente hacia arriba de los pedales para despertar los músculos psoas que luego nos ayudarán a lanzar la pierna hacia delante.

Con esto nos aseguraremos que nuestras piernas estarán preparadas para poder correr.
Y el mejor truco de todos: entrena las transiciones, deja la bici y aunque sea con el culotte, cálzate las zapatillas y corre un rato, ya verás como en unos entrenamientos puedes correr perfectamente después de la bicicleta.